Las noches y los días
pasaron
Al mismo ritmo en que
mis palpitaciones fueron disminuyendo
´´ ¿disminuyendo?´´ le
preguntaba el silencio al tiempo
Y este le contestaba que
era porque cada segundo él se hacía más viejo.
Pasaron y pasaron manchando
los años con tinta permanente,
La misma tinta con la que la ciencia y la historia
escribían sus hitos,
La misma tinta con la
que se escribe en las lápidas de aquellos que yacen fríos en el suelo…
Esa es la misma que mis
manos agotan mientras se afanan en escribir su propia historia.
Pasaron los
segundos, segundos gastados frente al espejo tratando de ocultar las marcas del
tiempo…
´´Marcas…´´
susurró el silencio
´´Si,
marcas´´ contestó el tiempo… Marcas en
las cuales también invertí segundos, ¡Qué hablo de segundos! Si son años
intentando ver como estas marcas también encajan con cada uno de los atuendos que he llevado
puesto.
Me visitó
hasta el invierno, la primavera y el verano, me trajeron colores en diferentes
tonos e intensidades, me trajeron melodías y sinfonías, atardeceres de colores
y noches frías…
Pero el
desamor y la tristeza eran las únicas estaciones que mi calendario reconocía.
Pasaron las
oportunidades, las buenas amistades, las buenas conversaciones y las
festividades, pero a la hora de contar mi historia lo único que recordaba era
cada caída desastrosa en mi camino.
Las noches y
los días pasaron, mas el tiempo al fin me hizo comprender que la vida no es
cuestión de tiempo, ni de envejecer, que
mis días no se miden en segundos, ni mis años en estaciones. Y mientras mi
tinta no se agote podré cambiarle el rumbo a esta historia y empezar a escribir
sobre las hojas de mi calendario más que mis afanes, mis bendiciones.
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